- PERDONARSE A UNO MISMO

Me gusta la sensación de libertad que siento cuando me quito la pesada capa de críticas, miedo, culpa, resentimiento y vergüenza.
Entonces puedo perdonarme a mi y perdonar a los demás.
Eso nos deja libres a todos....

Renuncio a darle vueltas y más vueltas a los viejos problemas.
Me niego a seguir viviendo en el pasado.
Me perdono por haber llevado esa carga durante tanto tiempo, por no haber sabido amarme a mí ni amar a los demás.
Cada persona es responsable de su comportamiento, y lo que da, la vida se lo devuelve.

Así pues, no necesito castigar a nadie, todos estamos
sometidos a las leyes de nuestra propia conciencia, yo también.
Continúo con mi trabajo de limpiar las partes negativas de mi mente y dar entrada al amor.
Entonces me curo.

No hace falta saber cómo perdonar. Basta estar dispuesto a hacerlo, del cómo ya se ocupará el universo.


LOUISE L. HAY

 

- POEMA DE LOS INDIOS AMERICANOS:

TE DESEO TIEMPO

No te deseo un regalo cualquiera,

Te deseo aquello que la mayoría no tiene,

Te deseo tiempo, para reír y divertirte,

Si lo usas adecuadamente podrás obtener de él lo que quieras.

Te deseo tiempo para tu quehacer y tu pensar

No sólo para ti mismo sino también para dedicárselo a los demás.

Te deseo tiempo no para apurarte y andar con prisas

Sino para que siempre estés contento.

Te deseo tiempo, no sólo para que transcurra,

Sino para que te quede:

Tiempo para asombrarte y tiempo para tener confianza

Y no sólo para que lo veas en el reloj.

Te deseo tiempo para que toques las estrellas

Y tiempo para crecer, para madurar. Para ser tú.

Te deseo tiempo, para tener esperanza otra vez y para amar,

No tiene sentido añorar.

Te deseo tiempo para que te encuentres contigo mismo,

Para vivir cada día, cada hora, cada minuto como un regalo.

También te deseo tiempo para perdonar y aceptar.

Te deseo de corazón que tengas tiempo,

Tiempo para la vida y para tu vida.

 

 

- Un día, el burro de una campesina se cayó en un pozo. El animal oró fuertemente por horas, mientras la campesina trataba de averiguar que hacer.
Finalmente la campesina decidió que el animal ya estaba viejo, el pozo estaba seco, y necesitaba ser tapado de todas formas y que realmente no valía la pena sacar el burro. Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarla. Todos tomaron una pala...
... y empezaron a tirar tierra al pozo.
El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró desconsoladamente. Luego para la sorpresa de todos, se tranquilizó. Después de unas cuantas paladas de tierra, la campesina finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio; Con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble... Se sacudía la tierra y daba un paso hacia arriba... mientras los vecinos seguían echando tierra encima del animal, el se sacudía y daba un paso hacia arriba.
Pronto todo el mundo vio sorprendido como el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando...

La vida va a tirarte tierra, todos tipos de tierra... El truco para salirse del pozo es sacudírsela y dar un paso hacia arriba.
Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Nosotros podemos salir de los más profundos huecos, si nunca damos nuestro brazo a torcer (querer salir).

"Sacúdete y da un paso hacia arriba..."
Recuerda las seis reglas para ser feliz:
1. Liberar el corazón del odio
2. Liberar la mente de preocupaciones
3. Vivir sencillamente
4. Dar más
5. Esperar menos
6. Tener esperanza

Disfruta la vida... sacúdete!

 

 - QUEDA PROHIBIDO

Queda prohibido llorar sin aprender, levantarte un día sin saber qué hacer, tener miedo a tus recuerdos.

Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.

Queda prohibido no demostrar tu amor, hacer que alguien pague tus dudas y tu mal humor.

Queda prohibido dejar a tus amigos, no intentar comprender lo que vivisteis juntos, llamarles solo cuando los necesitas.

Queda prohibido no ser tú ante la gente, fingir ante las personas que no te importan, hacerte el gracioso con tal de que te recuerden, olvidar a toda la gente que te quiere.

Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo, tener miedo a la vida y a sus compromisos, no vivir cada día como si fuera el último suspiro.

Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte, olvidar sus ojos, su risa, todo…porque sus caminos han dejado de abrazarse, olvidar tu pasado y pagarlo con tu presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas, pensar que sus vidas valen más que la tuya, no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.

Queda prohibido no crear tu historia, Dejar de dar las gracias por tu vida, no tener un momento para la gente que te necesita, no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.

Queda prohibido no buscar tu felicidad, no vivir tu vida con una actitud positiva, no pensar en que podemos ser mejores, no sentir que sin ti este mundo no sería igual.

Pablo Neruda

 

- EL ÁRBOL DE LOS PROBLEMAS

El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y lo hizo perder una hora de trabajo y luego su antiguo camión se negó a arrancar.

Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación.

Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa.

Posteriormente me acompañó hasta mi automóvil. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.

“Oh, ese es mi árbol de problemas”, contestó. Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez.

Lo divertido es, añadió sonriendo, que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior…

DESCONOCIDO

 

 - Había una vez un anciano que pasaba los días sentado junto a un pozo a la entrada del pueblo. Un día, un joven se le acercó y le preguntó

“Yo nunca he venido por estos lugares, ¿Cómo son los habitantes de esta ciudad?”

El anciano le respondió con otra pregunta:

“¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de la que vienes?”

“Egoístas y malvados, por eso me he sentido contento de haber salido de allá”

“Así son los habitantes de esta ciudad”, le respondió el anciano

Un poco después, otro joven se acercó al anciano y le hizo la misma pregunta:

“Voy llegando a este lugar, ¿Cómo son los habitantes de esta ciudad?”

El anciano, de nuevo, le contestó con la misma pregunta

“¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de dónde vienes?”

“Eran buenos, generosos, hospitalarios, honestos, trabajadores. Tenía tantos amigos, que me ha costado mucho separarme de ellos”

“También los habitantes de esta ciudad son así”, respondió el anciano.

Un hombre que había llevado a sus animales a tomar agua al pozo y que había escuchado la conversación, en cuanto el joven se alejó le dijo al anciano:

“¿Cómo puedes dar dos respuestas completamente diferentes a la misma pregunta hecha por dos personas?”

“Mira” – le respondió – “Cada uno lleva el universo en su corazón. Quién no ha encontrado nada bueno en su pasado, tampoco lo encontrará aquí. En cambio, aquel que tenía amigos en su ciudad, encontrará también aquí amigos leales y fieles. Porque las personas son lo que encuentran en sí mismas, encuentran siempre lo que esperan encontrar”. “Así son los habitantes de esta ciudad”, le respondió el anciano
Un poco después, otro joven se acercó al anciano y le hizo la misma pregunta:
“Voy llegando a este lugar, ¿Cómo son los habitantes de esta ciudad?”
El anciano, de nuevo, le contestó con la misma pregunta
“¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de donde vienes?”
“Eran buenos, generosos, hospitalarios, honestos, trabajadores. Tenía tantos amigos, que me ha costado mucho separarme de ellos”
“También los habitantes de esta ciudad son así”, respondió el anciano.
Un hombre que había llevado a sus animales a tomar agua al pozo y que había escuchado la conversación, en cuanto el joven se alejó le dijo al anciano:
“¿Cómo puedes dar dos respuestas completamente diferentes a la misma pregunta hecha por dos personas?”
“Mira” – le respondió – “Cada uno lleva el universo en su corazón. Quién no ha encontrado nada bueno en su pasado, tampoco lo encontrará aquí. En cambio, aquel que tenía amigos en su ciudad, encontrará también aquí amigos leales y fieles. Porque las personas son lo que encuentran en sí mismas, encuentran siempre lo que esperan encontrar”.